La maternidad es un momento vital de crisis y cambios, a veces las mujeres que atraviesan esta etapa necesitan un apoyo extra para afrontar los cambios que implica tener un nuevo miembro en la familia: físicos y emocionales, el cambio de actividad, los reajustes en los diferentes ámbitos de la vida y de la propia identidad (a nivel familiar, social y laboral). También puede ser importante para la mujer que va a ser madre o que es madre reciente hablar de los miedos que surgen, las expectativas, las ilusiones...o puede que se sienta perdida entre la cantidad de pruebas médicas, términos desconocidos, amenazas, decisiones por tomar... Hay mujeres que se llaman doulas que acompañan a las madres y están a su lado en todo este proceso.
Entonces, ¿quién es una doula? Es una mujer con experiencia, cierta sensibilidad y conocimientos acerca de la maternidad que acompaña a otra mujer que está en algún punto de este proceso vital y que necesita este apoyo: la doula está a su lado para escucharla sin juzgar y desde el respeto y apoyarla en sus decisiones, es una mujer con quien expresarse en confianza.
¿QUÉ PUEDE HACER UNA DOULA POR TI?
Escucharte desde la comprensión que supone tener conocimientos amplios de la maternidad y sus procesos.
Estar presente de manera individualizada: con escucha y cercanía.
Apoyarte en tu proceso de toma de decisiones relacionadas con la maternidad.
Hay un aspecto importante que quiero resaltar porque creo que suele haber confusión al respecto: la doula no aplica terapias de ningún tipo ni es personal sanitario. Si la situación lo requiere se deriva al profesional correspondiente.
¿CÓMO ACOMPAÑAMOS?
El acompañamiento así entendido es difícil de explicar, quizás mas que difícil de explicar es difícil de entender: la doula sólo está, no hace ni aplica terapias, ni orienta ni aconseja. Entonces, ¿cómo es que sólo está y no hace nada? Esa es la magia, sólo estando al lado de una madre hay un efecto, pero no es sólo estar, sino estar de determinada manera: con respeto, escucha, con todos los sentidos dispuestos a captar cada señal de la mujer y traducirla. Este tipo de relación ya en sí es beneficiosa, ya que se convierte en una especie de "espacio de seguridad" donde la mujer pueda mirarse, escucharse...
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| ESPACIO DE SEGURIDAD: la mujer acompañada dispone de un tiempo donde expresarse, escucharse y ser escuchada. |
Otro punto clave del acompañamiento es que no hay objetivos, el único objetivo si acaso, es conseguir estar de esa manera que ya he dicho (muy difícil), todo lo demás estará en manos de la mujer acompañada: es decir, la doula ni pretende un determinado tipo de parto ni de crianza, ni defiende la lactancia materna, ni quiere conseguir un parto respetado, ni siquiera que la madre se sienta feliz ó exitosa en su maternidad... aunque algunos de esos objetivos estén ahí para las mujeres que deciden acompañar maternidades, éstos no son el objetivo de su acompañamiento. La doula para poder crear esa relación de la que he hablado (respetuosa y que permite a la madre ser ella misma, recorrer su propio camino), debe estar libre de expectativas. Al final, la madre sale diferente de esa relación, se hace madre, ella a sí misma, pero no lo hace sola.
Así mi acompañamiento no tiene nada que ver con mi forma personal de entender la vida, la maternidad, la crianza. Pero sí que coinciden en una cosa: el gusto por las relaciones respetuosas.
Para aclarar un poco todo esto y llevarlo a un plano mas concreto, en el apartado de servicios pongo ejemplos relacionados con cada fase de la maternidad de las que me ocupo, aunque cada maternidad y cada acompañamiento es diferente y se materializará en lo que la madre necesite y acuerde con su doula.
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| Cada acompañamiento, como cada maternidad, es diferente. |



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